
.
¿Cuantas veces
he de morir para
que abras las orejas?
tantas como vividor
para cobijarme
entre tus piernas.
Como una garrapata
me como tu sangre
y te dejo seca.
Si conmigo te vienes
me convierto
en grano gordo,
me inflo y exploto.
Y la sangre,
la sangre es marabunta
de nuestros niños
que vienen
a comerse la canción
hecha malamente
y bien promocionada.
Pan para hoy,
bollicaos para mañana,
mierda para los padres del ayer
con sus hijos del mañana.
niños garrapata
Y la Luna bajó para dejarme un condón,
pero como lo rechacé ha nacido el sol;
-y todo lo ha quemado-
¡Agua! ¡Dodotis!.
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