Divagaciones, XII

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Temor.
Qué susto llegó la paz.

Y una conclusión globalizada:

"solo cometes locuras para
no convertirte en loco"

pinta en rojo la frente para acordarte.

Esquina del miedo
¿de nuevo aquí?
después de tanto tiempo viajas conmigo,
vuelves a moverte.

Luna menguante,
frialdad en la cama mediterránea,
velas roncas,
únicas compañeras.

No hay arena en los pies del infante
convertido en loco al disparate,
ni olas que alivien los cortes hubo nunca,
nadie le rascó la sangre del camino
ni marcó los tiempos del paso.

Hoy en día un apócrifo escaparatísmo
de las costras sin buena cura,
y el suelo
de nuestro negocio manchado en mis tintas.

Y diga lo que diga el señor del tiempo

siempre nos quedará llorar risas por aquello
que llega tarde o nunca.

Luna menguante,
frialdad en la cama mediterránea,
tenebrismo de la llama,
velas compañeras y evidencia de soledad.

Cada día parecerá más notable,
mi razón de ser el ocultarlo.

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