miércoles, 10 de septiembre de 2008

La marcha, V

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La incertidumbre de la partida del loco
efervescente y cansinamente chillona,
han ganado las cervezas con condimentos.

Viva la revolución, larga vida al Rey decrepito.

La dictadura ha comenzado,
estoy en el agujero negro de
las buenaventuras maltratadas,
llegó el mandato de la soledad.

Y mientras la etiqueta que todos
me ponen no sabe que hacer,
el espíritu llora escondido en esquina,
vaya sentidos de la vida...

-La marcha-

Adiós cien años de cariño in vitro,
te veré en otra vida en unos días,
lo que tarde el autobús de la nueva
esperanza.

Tú serás otra cara,
yo seré el mismo idiota.

Quiero pintarte renovada y muerta,
juega con la calavera,
amiga mía,
ella cuida del pequeño desequilibrado,
ella rueda para hacerle reír.
Vaya sentidos de la vida...

-Hola-

Una mancha en la marcha.
Otros besos virtuales se comió el tiempo,
pero el dolor acaricia como amante,
limpia la sequía con vicio novedoso.

Corazón lleva días ronco y no canta,
pero goza con la original pena.

-Feria-

Ya no va a la feria conmigo,
que pena rara.
¿Quién montará en el tío vivo
de esa puerta cerrada?
pastillas pacientes y cristal frío,
de la mano con tu llave rota,
¡de la mano con tu llave rota!
asoma a la mirilla pequeña,
yo que te traía flores marchitas
con olor a mil caricias...

Haré un curso de ladrón de pesadillas,
tú quédate con ella,
niña mía,
gira para que te que rías,
quiere a los pequeños locos
desequilibrados.



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