miércoles, 24 de septiembre de 2008

Los semáforos no dan fruta ni apenas sombra.

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Un nuevo día y ya es otoño,

ya se marchó el calor que atrae a perros dormilones

y ya llega el tiempo de los niños con cometas,

ya se ha ido la minifalda del incesto

y la familia terracita de bar a medio limpiar.


Ahora llega la lluvia de las hojas muertas

que hacen de alfombra mostaza al caminante,

barbas a remojar en el transporte público

y despertadores durmiendo cuando se

marchan sus gruñones dueños;

ya relajadas sus agujas

se acabó su tarea hasta la noche.


Ahora se avivan los humos de los coches,

los ruidos de sus bocinas matan la paz y

sus dueños occisos de sueño luchan por

mirar al frente,

el veneno es religión en mañanas así.


Y mientras...

los vampiros maldecimos,

y usamos tapones de cera.


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6 comentarios:

  1. Odio el otoño y el invierno! Debo haber sido un oso en otra vida. Por suerte aca es primavera... aunque en el corazon sienta ese otoño q describis, esa monotonia que las estaciones no se llevan.

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  2. Vaya estilo, es muy personal y definido.

    "El veneno es religión en mañanas así"
    Y la religión es veneno todas las mañanas.

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  3. Wendy, ¿tienes garras? ¿mucho pelo? ¿roncas?
    por otra parte, haz que salga un sol en tu vida.

    Bipolar, o un virus... esa necesidad de razonar aunque sea con necedad...

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  4. el otoño es medio gris pero apaciona porque aveces la vida se torna medi oscura pero que es igual eser elmejor y tu lo sabes BLT D NIEVE

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  5. Es duro ser vampiro en estos tiempos...

    besos

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  6. Opino lo mismo sobre lo de la religión. E igualmente de acuerdo en que ser vampiro hoy en día, es algo jodio

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Ahora tú