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Cuantas veces te he dicho
que no comas puntos y ciruelas
mi vieja consideración, que
te ahogas en lluvias de
mentecatos y botarates,
salta por la laja a un buen
trozo de tarta, yo quiero coño
y mermelada con pan de molde,
un sonido de las olas y el sonido
de tus campanas por la carne.
Qué tremendo torbellino,
qué súbita mierda la que
nos hará llegar a ver las olas,
¿no entiendes que quiero
quererte? Tengo puestas en
el mundo nuevas esperanzas,
soles de otros lugares que
impongan normas de otra galaxia,
flores en nuestros corazones y en
la salida del ano, un buen año
detrás de otro.
Para todos, en un nunca sufriendo.
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