
***
Me gusta recoger esa margarita
que asoma por mi ventana muy
bondadosa, que tiene un te quiero
al cuadrado.
Hojeo caminos de vicios personales,
y cuando ya mi cuerpo vibra y
se ve en la necesidad y placer de
evaporar el éxtasis por un canal
que me lleve a no estar en la cama,
pienso en ella que quiero y es mi amada.
Va a ser la una y me levanto para
trabajar a las cinco y media, deséame
buena jornada. Aunque cuando lo leas,
ya estaré fuera, reventado, iré a por
libros antiguos a Arrebato, y Atocha;
iré al retiro a buscar paz en un árbol
amable. Siempre tengo que cambiarme
de sitio, siempre llega alguien molestando.
Esta noche quiero soñar con mi margarita
de verano, gracias a ella me consuelo, confía
en que confío en ti, piensa que seré feliz con
tu regreso, aquí en la antártida central hay
una pequeña madriguera que alberga un gran
tesoro, lo guardo en remojo para la recepción,
tendré todo dispuesto para nuestro encuentro,
sin canciones ni dispuestos, como venga.
Con todo esto que tengo.
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