domingo, 12 de julio de 2009







****


He estado hechando cuentas, y resulta que el dinero es importante. El amor es importante, la salud es importante, despejado. Y el amor es más bello con un poco de dinero. ¡Ah! qué caravana me compraría para abanicarte bajando sus ventanillas rumbo a tu sombra fresquita, allí donde quisiésemos nos. Y si te pones mala te llevaré a una clínica privada y en media hora estarás atendida y
tranquila. Y te compraré un ramo de rosas, eso no, hay cosas más mejores, cómo hacerte reír con poesía
y acciones callejeras, dicho fino performances, eso es barato y en mayor grado placentero. Pero no gastaremos cual locos, seremos austeros y nos dará de por vida. JA JE JI JO JU Resulta que el dinero es importante, el amor también.


El dinero es importante, qué bueno es el amor alojado en el mar, en casa solitaria sin ruidos ni vecinos, ni supermercado debajo ni cotillas a ver que pillan; sin mirillas ni espacios que nos ahoguen, amándonos en la orilla del fin de los coches y de las casas, de los coterráneos zombis, allí sólo hay mar, aquí sólo nuestro amor. Salud, dinero y amor.



Qué maravilloso, estratosférico y consumador es la salud, el dinero y el amor. Cuando no se

está ocho horas sufriendo, sin tener que pensar, sin poder VIVIR, sin tener que echar de menos

la libertad, sin tener que echar de menos mi deber real, la plena sensación de vivir. Me siento
pletórico sufriendo en el trabajo, pero el de busca de sensaciones, lenguajes, me calma
reconciliarme con natura que me tejió de esta guisa, he decidido salir de la rueda que gira y
gira.
Como ahora en el retiro, que es domingo y está la paellera repleta de granos, plato floral y
humano.
Pues ahí me encuentro yo, una palmera, césped y margaritas, libros viejos y el periódico. Yo,
testigo de mi época, hijo de mi tiempo, coyuntura de una cuadriculación, desengaño
postguerra, proguerra y sopa de tontos.
Pero lo cierto es que ojalá fuese el futuro y el presente cristalino como el agua, ni el pasado lo
es; yo le daría sabor a mi parte con mil maneras. Hay, si fuera suceso y no sucedáneo, vaya
turbio enjambre sin educación, qué nación la Tierra.
Salud, dinero y amor. A veces pienso que no todo el mundo tiene derecho a ser feliz con dinero,
me condeno en el pensamiento de los tontos, como lo son, lo poco que abarcan sus miras, no lo
merecen, y me condeno. Resurjo, veo lo idiota de los altos cargos y vuelvo a aplastar la razón,
ya estoy muerto.
No creo que cuando llegamos al final, cuando la muerte toca, el dirigente sonría y diga:
-Bueno, lo he hecho bien.
Pero claro, el señor de clase media baja dirá:
-Ya se acaba, qué dura es...
Y mientras tanto, en este lado de la existencia, gente que asegura que después de haber, hay.
¿Cómo lo saben? Tenía razón Joseph Beuys, el hombre es artista por naturaleza, pero ha
derivado a una creatividad garrapiñera que nos mata. Buscando un porqué, encontramos una
discusión que aún permanece. ¡Bola de nieve sempiterna!
Aviso, de tanto dinero que ha caído en sus manos, acabarán como romanos, la venganza será
terrible y el cielo rojo cubrirá las almas de nuestra condena capital, sufrirán los de siempre y
alguno más.
Y del clero, ni hablo.
**