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Volqué el futuro en
una pequeña ciudad,
las luces de la noche
me pedían compañía,
la cama se retuerce.
Volqué el futuro en
una pequeña ciudad pequeña,
las luces de la noche
me pedían pétalos de carne,
la cama se retorcía.
El abrazo nunca dado pequeña,
luces de la noche,
los libros que me aman
nos acercan, las letras te
arrancarán las prendas,
la cama se retorcía.
Mis espaldas buscan que ares su piel,
es mi cuello el mordisco más promiscuo,
el camino por el disparate, el irrefutable
empujón a tu alma, salma de calmas,
calma hecha fusión, consolador de tus
entradas sazonadas en saliva.
¿Vas a correrte?
No me digas que no
van a entrar las luces blancas
en su oscuridad más maquillada,
van a alzar las dentadas por tus
velludas esperas, por esas que de
tanto aroma me pierdo, el infierno
de mis rojos bailes, el tornado de
mi ruda polla que ha delicada torna
cuando te apetece, goce de mi necesidad.
¡Sin perder nada!
Al llegar al final siempre reiré por ti.
Luces de la noche;
asesinas del celibato
tenéis un gurú,
sed, dogma y comida de perro.
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