miércoles, 10 de septiembre de 2008

El arropo del suelo, II-II

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-La gloria vive en lo desconocido-

La foto de la musa de la timidez corta
la imagen hiere al guerrero escondido,
no saca el hacha ni corta bragas,
solo se agacha y huele lo que tú dejes.

Haz que el aceite corra por la confianza
solo para ver tu mirada tierna de loca...

ver como arrastra noches de invierno
por los mantos de tu cuerpo.

Aliméntame con tu nieve gélido nervio,
deja que muerda y arda el paladar,
déjame bañarme en el verano solitario de tu boca.

Ni me conoces ni me entiendes,
me tienes delante.

Déjame bañarme en el verano solitario de tu boca,
deja que estire el tiempo
hasta quitarte toda la ropa.
Y para cuando hayas decidido que tiene que hacer,
ya habré guiado a tus manos por donde deben trabajar.

Se alza la aguja y acato la orden,
deseo pinzar tus palabras
hasta la rojez de sus alas.

¿Quieres bailar conmigo?
ven a la boda de cuchillos
con filo de pétalo.

Canta el cálido azúcar en tu piel,
piernas esclavas marcan el tempo,
silencia el vientre sumiso a mi paso,
calla de risa por el dulce dolor que
ofrecen mis labios,
es cuero en penitencia de tu cuerpo,
suave navaja por las venas de tu presencia.

Sube al cielo rojo blanca indecisión,
sube por las cadenas calientes;
siempre hay algodón en el cajón.
Aráñame.
Siempre habrá algodón.























-Yo muerdo la curva de tu ausencia,
beso el espacio en que estuviste-






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