sábado, 25 de julio de 2009

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La lejanía se hace niño

que se acuna en mis pesares,

mis males son tales que

en recuerdo se atragantan,

si los comparo con otros de

algunos tampoco son tan.

Penita de lágrima oscura

roza mi mejilla en pensamiento,

fin del mundo, misil taciturno

al apopléjico canasto de las

buenas gentes, mimbre estrujado.


En mi pasillo te pinté con calcetines

color magenta, y monocromo negro

el recorrido de tu cuerpo, esos colores

de tu rostro los lleno en el día a día,

los repinto con mi mirada de recuerdo.

Esta mañana olí tus bragas de buena

gana, han estado toda la noche en la

acompañante, blanca almohada, si

hubieras estado aquí la luz se apagaría

mojada, mi sangre coabularía en segundos

vampíricos, habría narcisa fusión, nos

miramos juntos y en nuestros flujos, quiero

inventar una palabra que no diga dos.


Tus tallos de pequeña son

azulejo de mi lengua,

tengo tarros de leche

condensada para tus perchas,

cuelgan globos de colores

por toda la pupila,

sangra de ganas la

vagina a su ansia,

saltan las venas del

tronco que va al espacio,

ese que se completa con

mi cariño lento y ralentizado,

acabado en agotador impulso,

ruedan las marcas, grita

la sentencia sin controles

que me lanzan, tengo

potestad para ser furia,

feminidad, posterioridad,

tolerancia, sér finito.


Sin más objetivos quer la longevidad

del suceso rojo, amapola de mi ensalada

aderezada con sangre, aleteando a la

caliente abofeteada, suave filo

de fino acero templado,

saliva por tu cara,

saliva por tu culo,

saliva por todos nuestros mimos.


Pero no se horroricen, tengan

en cuenta el don de poder

comparar, la ilusión de ver

cómo se puede llegar

a este bienestar sin

castigar a seres terceros,

el amor es lo único bueno

que tenemos, cuando se junta

con condenas se disuelve el pleno,

llega la desestabilización y la

mala estadística,

tenemos solvencia sexual, contemporánea

y absoluta, mi buen amor disfruta

y yo soy espejo que lo refleja,

tengo sueños húmedos hasta con viejas,

pero a nadie escojo antes que a ella.


Tiene aguijón mi reina en la caricia,

tiene codicia por joderme a pleno pulmón,

tiene un gran corazón que me ofrece en

plato de sábanas, posee tal descontrol

que no lo suelto ni viéndome en el fondo

del mismo averno, tiene lo que un

fuego supremo siempre ha estado buscando,

creo que acabaría completamente desfigurado

si llegase a convertirse mi escorpión en puro ácido,

su cuello da calcio a mi dentadura, su tamaño aviva

mi postura, su cultura columpia mi deseo, su pelo

adoctrina a mi anarquista, su brisa vaginal abanica

mi cabeza, sus preciosas acciones las coordinan

manos de artista; tiene penas como cualquiera de

los presentes, tú y yo.



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