domingo, 30 de agosto de 2009

¿Lo venden en la farmacia?


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La incomprensión se hace azúcar



que empachado me atraganta,



quisíste glasear una mañana



dentro de mi consuelo ilustrado,

ya me he cansado de escribir,


disculpadme. He engordado.






Laváré mis trapos rotos,


reverendo del pástel,

¿acaso traes contigo motores de la pasión?

intolerante molestia tu interrupción manos tijeras,


traes boletos para la déspota copa del triunfo,


por cierto, hay mucho fútbol en televisión,


me bebería toda el agua de la lámpara del genio,


deseo un telediario mejor,


y vivir en un barrio pintado de colores y


refugiado por amor, pero llego la televisión.




Llegó la televisión y nos jodió la nueva visión,


y eso que en un primer momento parecía


buen utensílio para las cabezas pensantes,


para las nuevas andanzas en lenguajes universales,


algo así como la esperanza creada alrededor de internet.



Me voy a la ducha, a escuchar la radio y refrescarme,

tengo que recoger el salón.






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